Exposición con las instalaciones resultantes del taller de verano que durante todo el mes de julio ha estado impartiendo el colectivo artístico PSJM (Cynthia Viera y Pablo San José) en el Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria
Esta actividad formativa cuenta con el apoyo de la Fundación DISA que ha becado a los alumnos y alumnas seleccionados, cubriendo la matrícula y aportando ayudas para gastos de viaje y para la producción de la obra que se expondrá en la Sala de Arte Social y en el hall del centro cultural capitalino.
Se han seleccionado 16 alumnos y alumnas provenientes de Gran Canaria, Tenerife y Barcelona. Artistas, arquitectos/as, gestores/as culturales, antropólogos/as, fotógrafos/as, educadores/as sociales, actrices, estudiantes de arte y diseño han conformado cuatro equipos multidisciplinares de creación. La idea es apartar los egos a un lado y trabajar bajo los valores ético-productivos de la cooperación, entre miembros del equipo y entre diferentes colectivos. Los/as alumnos/as deben superarse a sí mismos/as, no a los/as demás. Se descarta así la competencia y se encuentra la motivación en la persecución de un producto artístico común.
El taller teórico y práctico incide en cuestiones como la teoría institucional del arte, la práctica de la crítica institucional, los procedimientos profesionales de los/as artistas (creación, producción, gestión, promoción, montaje), la creación colectiva y el análisis crítico. Una actividad didáctica que abarca todas las fases y tareas de la producción cultural, llevada a cabo en un ambiente de constante diálogo y búsqueda de consenso bajo la atenta supervisión de Cynthia Viera y Pablo San José, componentes de PSJM.
Tras las intensas jornadas teóricas, se suceden muchas sesiones de brainstorming deliberativo para buscar una idea de instalación y su conveniente formalización. Cada colectivo construye también su propia identidad grupal por medio de la creación de un logotipo y la confección de un statement que definen su modo de actuar y de pensar. Un ejercicio que busca aquello que los miembros del equipo tienen en común y aquello que los diferencia como grupo del resto de colectivos. Diversidad actuando en común.
Previamente a su exposición pública, y como un ejercicio práctico más, cada colectivo presentó sus proyectos de identidad grupal y acción expositiva a Orlando Brito Jinorio, director del CAAM, y Alejandro Vitaubet, director del Centro de Arte La Regenta.
La exposición ’018
La exposición consta de cuatro instalaciones de marcado carácter social realizadas por los/as alumnos/as que responden a la intensa labor, tanto teórica como práctica, que durante el mes de julio se ha llevado a cabo en el mismo. Agrupados en cuatro colectivos, el trabajo de estos/as jóvenes creadores/as abordan temas como los flujos y el tráfico de personas (Mil leches), el paisaje y el territorio de propiedad militar en la isla (Krater), el contraste económico social y cultural entre espacios colindantes (Identidad Colectiva) o una posible colonización ecológica de los no-lugares de los barrios (Opuestos).
El grupo Identidad Colectiva (Marta de la Fe, Fran Peral, Rocío Santana y Silvia Zelaya) interviene en el hall del Gabinete Literario con la instalación «Contraespacios». Una gran lona con la foto de una de las escaleras del Risco de San Nicolás colgada a gran altura se refleja en el espejo que corona la imponente escalera del Gabinete, creando la ilusión de continuidad entre esta y aquella. Su propuesta consiste en una reformulación de los márgenes que separan a sociedades y territorios. El colectivo actúa a través de diferentes sensibilidades y en relación a sus distintos campos de estudio —arquitectura, arte y antropología—, persiguiendo una revisión de los espacios propios y ajenos. A través de una aproximación experimental, imagina la posibilidad de abrir nuevos espacios.
Con «Paisajes prohibidos», el colectivo Krater (Sandra Aicart, Alberto González Pulido, Lizeth Quintero y David Sánchez) nos acercan a una realidad ignota: los ruinas militares y los territorios propiedad del ejército que son inaccesibles para la ciudadanía. Con un discurso centrado en el impacto humano sobre el territorio, Krater nos presentan una instalación que consta de cinco grandes lienzos donde fotografías aéreas de la zona militar de la isleta se convierten, por su composición y presentación pictórica, en piezas estéticas de enigmática belleza. Esta instalación mural se completa con la edición de un fanzine que da luz a las preocupaciones teóricas del colectivo y muestra diferentes fotografías de paisajes prohibidos que el propio colectivo ha tomado en la isla: ruinas militares a las que Krater quiere dotar de una nueva poética basada en los principios que Kant propuso en «Sobre la paz perpetua».
«Paradójicamente al movimiento fluido, libre, sin trabas, líquido, de capitales y mercancías, le corresponde el aumento de las fronteras, muros y cercas para evitar el paso de las personas: libertad de movimiento para capitales, fronteras para los seres humanos.» Esta cita de Josep María Montaner y Zaida Muxí sirve de introducción a la instalación «SOS Support&Services» del colectivo Mil Leches (Jorbeth Aguirre, Mónica Dayaram, Acaymo S. Cuesta, Sonia Quinche). Con grandes dosis de cinismo, su pieza invita a reflexionar sobre la multiplicación de las barreras entre países a raíz de las migraciones masivas. Para ello, han creado la empresa ficticia SOS Support&Services que se presenta por medio de una instalación con performance que recrea el típico stand utilizado en una feria de nuevos inversores con la finalidad de buscar un socio capitalista que posibilitaría desarrollar sus productos. SOS Support&Servicies ofrece una gama de packs de camuflaje que transformarán al inmigrante en turista, propiciando así su total integración en la sociedad.
El colectivo Opuestos (Carlos Bruno del Rosario, Elena Marrero Betancor, Alfons Simó, Bhavna Vasnani) presenta la instalación «Green Shoots», “brotes verdes”, proyecto que tiene como objetivo colonizar los no-lugares, intersticios urbanos de tránsito que se encuentran cada vez más en las ciudades, como descampados, callejones, traseras o bajos de edificios y espacios de uso indeterminado. Estos no-lugares son, paradójicamente, lugares inhabitados en los que no sucede nada, carentes de uso normativo e identidad. Se busca intervenir en ellos de forma ecológica, plantando en ellos la semilla de la vida vegetal y transformando así su significado conceptual de vacío urbano. En la sala del Gabinete Literario se disponen cuatro montones de tierra fértil acostados en las paredes, sobre ellos una foto enmarcada del no-lugar, un plano dibujado con su ubicación y una bolsa con la semilla de flora autóctona que se propone. Toda una invitación, poética pero directa, a que la ciudadanía recupere esos espacios urbanos para la naturaleza.
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